sábado, 11 de enero de 2025

42. Postura de meditación

 

Yoguini Rajeswari Raman en meditación

En oriente, la postura tradicional de meditación es sentado con las piernas cruzadas, preferentemente en loto o medio loto: 1) Es la postura más estable, al disponer de un gran apoyo en el suelo, 2) En el loto con cojín o zafu, la zona de las rodillas y la del coxis son los tres puntos de apoyo en el suelo, formando así una base triangular sobre la que descansa el cuerpo, 3) De esta forma, la espalda puede permanecer erguida y sin tensión durante largo tiempo, 4) El nudo de las piernas frena la circulación sanguínea en las extremidades inferiores y favorece el aporte a los órganos internos, 5) Especialmente se recomienda esta postura en las escuelas que trabajan con kundalini (siddhayoga, kundaliniyoga, haṭhayoga, etc.), por facilitar el proceso del "despertar" y "ascenso" de la energía a través de la columna, por un lado, y por prevenir movimientos involuntarios, por otro, 6) En prāṇāyāma también es la postura más recomendable, precisamente porque el control de la respiración tiene gran incidencia en el proceso anterior. Apoyar la espalda en la pared no es conveniente para el prāṇāyāma porque limita los movimientos del tórax. Hay muchas posiciones alternativas para practicar prāṇāyāma si no es posible la postura tradicional, pero en ninguna de ellas se debe apoyar la espalda; esta tiene que quedar completamente estirada y libre en sus movimientos. Lo mejor (¡con mucha diferencia!) es conseguir la postura tradicional: posición de loto cerrado con la espalda estirada (o, en su defecto, la postura del medio loto), de tal forma que se pueda mantener cómodamente, al menos durante 30 ó 45 minutos. Pero puede llevar años de práctica conseguirlo...


41. Ritmo en prāṇāyāma

 

Sarath, en baddhapadmāsana


La respiración se vuelve prolongada y sutil cuando el yogui es consciente de sus tres fases (inspiración, espiración y detención), del espacio recorrido por el aire, de la duración de cada fase respiratoria y del número de respiraciones que efectúa (Yogasūtra II.50). Las cuatro fases del prāṇāyāma están relacionadas y cada una tiene su importancia. La espiración, concretamente, es la fase que marca el tiempo, es decir, según sea nuestra capacidad para espirar, así debe ser para las otras fases. Me explico: si podemos espirar durante 20 segundos, no debemos retener más de 40 segundos y la inspiración no debe ir más allá de los 10 segundos (aunque nos sintamos capaces de retener o de inspirar durante más tiempo). Siempre hay una fase que puede descompensarse y generalmente es la retención con los pulmones llenos. La espiración funciona, por tanto, como un sistema de seguridad para que podamos mantener el ritmo y alargar el tiempo de práctica sin fatigarnos. Es importante alargar el tiempo de las fases, pero lo principal es mantener el ritmo 1:4:2 con todo detalle y llevar las tres fases juntas.


40. Lesiones

 


B.K.S. Iyengar a los 93 años

Para no lesionarse hay que estar sumamente atento al movimiento, a la reacción del cuerpo en su conjunto, y de cada músculo y articulación implicada. Se trata de permanecer vigilante y desarrollar la sensibilidad al máximo durante la postura y su ejecución. También es muy importante saber armonizar movimiento y respiración. Al principio, cuando empezamos nuestra práctica de yoga, es difícil mantener la atención constante y no hemos desarrollado aún la sensibilidad suficiente como para valorar el esfuerzo y saber hasta dónde podemos llegar en cada momento. Por eso, es necesario un buen profesor que nos oriente hasta que nosotros mismos podamos practicar solos. Aun así, nunca estaremos libres de una lesión, pero con la experiencia que proporciona la práctica continuada, aprenderemos a tratar y superar las lesiones adaptándonos a ellas hasta eliminarlas.


39. Molestias en la meditación

 


Swami en meditación

Cuando se practica meditación durante largo tiempo con las piernas cruzadas, hay que utilizar un zafu (cojín redondo relleno de miraguano o de semillas). Mantener la espalda recta es esencial y si no se utiliza un zafu, un cojín o una manta doblada para levantar la pelvis, la espalda terminará doblándose imperceptiblemente a los pocos minutos de iniciar la práctica. Elevando de esta forma las caderas, la zona de las rodillas tocará el suelo con mayor facilidad, formando con el coxis una base triangular muy estable que permitirá relajar la espalda y mantenerla recta y estirada largo tiempo sin tensión. Cuando empiecen a doler las piernas el foco de atención debe desplazarse hacia la zona del dolor. Es una técnica utilizada para mantener la mente atenta y practicar el desapego. Se trata de observar el dolor desde el exterior, analizarlo y comprenderlo sin identificarse con él. Pero, ¡cuidado!, tampoco se trata de sufrir de forma masoquista. Hay que buscar el punto justo. Para ello, la práctica debe ser muy regular y medida.


38. Postura invertida

 


BKS Iyengar en una variación de sirsāsana

En sirsāsana (postura invertida sobre la cabeza), la correcta posición de la cabeza influye mucho para facilitar la respiración; en realidad, cualquier indicación es muy importante en esta postura eminentemente estática; por eso hay que asegurarse que cumplimos todos los detalles en su adopción. Entre los muchos puntos en los que hay que fijarse, la correcta posición del cuello es fundamental: el cuello debe estar recto, con la barbilla ligeramente metida hacia dentro, a fin de estirar un poco la región cervical. Esto proporcionará el apoyo de la parte superior de la cabeza que, dependiendo de la forma que tenga (más o menos redondeada, etc.) podrá necesitar más o menos ayuda de las manos haciendo cuña en ella. Además, el peso del cuerpo (idealmente) recaerá por completo en la cima de la cabeza, permitiéndonos (idealmente) no utilizar manos o codos. No obstante, si transcurridos algunos minutos en la postura, notamos tensión en el cuello, podemos desplazar el peso del cuerpo que reposa en la cabeza hacia los antebrazos. Cuando la postura se efectúa guardando estos y otros detalles al máximo, el esfuerzo desaparece por completo y la circulación energética es máxima y fluida.

jueves, 9 de enero de 2025

37. Objetivo del yoga

 

BKS Iyengar en ekapādaviparītadaṇḍāsana II


Hoy en día, el principal problema del yoga es que todo el mundo piensa que solo es un conjunto de técnicas para sentirse bien. Se cree que la práctica debe ser amena, poco exigente y en absoluto incómoda. Es decir, se convierte en una agradable y muy saludable forma de pasar el tiempo. Pero las fuentes tradicionales y los auténticos maestros de yoga nos dicen que el objetivo de esta práctica va mucho más allá: transformarse en alguien que sea capaz de ver las cosas como realmente son, de reconocerse a sí mismo como realmente es, y de contemplar la realidad en su auténtica naturaleza. Y esta transformación puede llegar a ser muy exigente, incluso dolorosa y traumática.


98. El arte de meditar