Yoguini
Rajeswari Raman en meditación
En oriente, la postura
tradicional de meditación es sentado con las piernas cruzadas, preferentemente
en loto o medio loto: 1) Es la postura más estable, al disponer de un gran
apoyo en el suelo, 2) En el loto con cojín o zafu, la zona de las rodillas y la del coxis
son los tres puntos de apoyo en el suelo, formando así una base triangular
sobre la que descansa el cuerpo, 3) De esta forma, la espalda puede permanecer
erguida y sin tensión durante largo tiempo, 4) El nudo de las piernas frena la
circulación sanguínea en las extremidades inferiores y favorece el aporte a los
órganos internos, 5) Especialmente se recomienda esta postura en las escuelas
que trabajan con kundalini (siddhayoga,
kundaliniyoga, haṭhayoga, etc.), por facilitar el proceso del
"despertar" y "ascenso" de la energía a través de la
columna, por un lado, y por prevenir movimientos involuntarios, por otro, 6) En
prāṇāyāma también es la postura más recomendable, precisamente porque el
control de la respiración tiene gran incidencia en el proceso anterior.
Apoyar la espalda en la pared no es conveniente para el prāṇāyāma porque limita los movimientos del tórax.
Hay muchas posiciones alternativas para practicar prāṇāyāma si no es
posible la postura tradicional, pero en ninguna de ellas se debe apoyar la
espalda; esta tiene que quedar completamente estirada y libre en sus
movimientos. Lo mejor (¡con mucha diferencia!) es conseguir la postura
tradicional: posición de loto cerrado con la espalda estirada (o, en su
defecto, la postura del medio loto), de tal forma que se pueda mantener
cómodamente, al menos durante 30 ó 45 minutos. Pero puede llevar años de
práctica conseguirlo...