viernes, 10 de octubre de 2025

93. Perfeccionar una āsana

vṛścikāsana

Para perfeccionar una āsana hay que tener presentes dos condiciones. En primer lugar, debemos aplicar una energía consistente en suprimir los esfuerzos corporales naturales, es decir, debemos relajarnos en la postura manteniéndola con el mínimo esfuerzo; la segunda condición es que debemos fusionarnos con la infinitud, o sea, tenemos que suspender totalmente la atención a la presencia del propio cuerpo. Esta es la interpretación clásica de los dos requisitos fundamentales expuestos por Patañjali para permanecer correctamente en cualquier āsana. Resulta más fácil decirlo que hacerlo. Hay muchos practicantes que no pueden relajarse lo suficiente para adoptar una postura como la del loto, por ejemplo. No obstante, todo esto puede comprenderse mejor si tenemos en cuenta que el esfuerzo requerido es el esfuerzo vital, la respiración, y que por tanto, lo que se requiere en el primer punto es una relajación o suavización de la respiración. Por tanto, durante la práctica de āsanas la respiración debería relajarse y, por extensión, alargarse.

El segundo requisito se refiere a la concentración mental. ¿Dónde o sobre qué objeto concentrarse? Se dice que sobre la infinitud. Así, algunas escuelas afirman que mientras se practican āsanas hay que concentrar la atención en el infinito, lo cual es inapropiado —e imposible—, al menos para la gran mayoría de los yoguis. Entonces, ¿cuál es su significado simbólico? Etimológicamente, la infinitud (ānantya) podría asimilarse en este contexto a la respiración y, por tanto, la segunda condición sería: “concentración de la mente en la respiración”. 

En definitiva, una interpretación alternativa y más racional que la clásica para los sutras de Patañjali sobre āsana sería que los dos requisitos básicos mientras se practican posturas se pueden condensar en "efectuar suaves inspiraciones y espiraciones al mismo tiempo que se concentra la atención en la respiración”.

 

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