jueves, 2 de octubre de 2025

86. Banquito de meditación

 

Meditación con banquito

Una alternativa válida a las posturas de meditación con las piernas cruzadas es vajrāsana. En esta āsana nos sentamos entre los talones, con los empeines bien extendidos en el suelo, mientras que las rodillas permanecen juntas. La postura es difícil de mantener más allá de unos cuantos minutos por lo que se suelen utilizar cojines o mantas colocados estratégicamente para aliviar la presión sobre los empeines y las rodillas. Salvo que se disponga de mucha práctica y flexibilidad, la tensión sostenida en las rodillas puede hacer que los ligamentos se lesionen. Además, la intensa flexión de las rodillas ocasiona la suspensión de la circulación sanguínea en las piernas provocando sensación de hormigueo; por otro lado, la presión directa sobre el nervio peroneo hace que se “duerman” varios músculos y queden temporalmente paralizados, incluyendo la imposibilidad de flexionar el tobillo, sostenerse de pie o dar un paso adelante en los primeros minutos tras deshacer la postura (síndrome de pie pendular o caído).

Para evitar todos estos problemas, cada vez se utiliza más un banquito de meditación que evita la flexión completa de las rodillas y permite adoptar la posición correcta de caderas y espalda, especialmente a los principiantes o a personas con escasa flexibilidad. Esta variación permite al practicante permanecer mucho más tiempo inmóvil y sin molestias que con las posturas clásicas de piernas cruzadas: no aparece el hormigueo, la espalda esta recta y relajada y no hay problemas de circulación. Entonces, ¿por qué no se recomienda este accesorio para las prácticas meditativas o respiratorias de larga duración? La razón es que la postura no forma una base triangular perfecta como en las posturas clásicas y, por tanto, resulta menos estable. Para quien está acostumbrado a sentarse con las piernas cruzadas y adopta ocasionalmente esta postura nota de inmediato una falta de arraigo, una sensación de estar flotando y de que la energía se disipa. No obstante, sigue siendo una de las mejores alternativas a las posturas clásicas de meditación.


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