Dhirendra
Brahmachari, 1953
Cuando leemos libros
espirituales no tratamos de aprenderlos de memoria y al poco tiempo solemos olvidarlos total o parcialmente. De esta forma, parece que "perdemos" su
enseñanza, pero no es así. Si hemos leído con atención, en el subconsciente
queda su huella (saṃskāra).
Por supuesto, si nos ha interesado realmente un texto concreto y lo releemos al
cabo de un tiempo, es muy probable que accedamos a una mayor comprensión que en
la primera lectura. Pero sin duda, cuando mejor se captan sus ideas o, mejor
aún, cuando se llega a captar su significado profundo, es cuando las ideas
expuestas en el libro las hemos experimentado en nuestro interior durante la
meditación.
En muchos casos,
todas estas ideas espirituales nos son familiares y, de inmediato, estamos de
acuerdo con ellas y nos sentimos contentos al coincidir con el pensamiento del
autor. Ello es así porque tales pensamientos son innatos en nosotros, ya sea
por nacimiento, o por propia vivencia o convicción, la cual puede ser producto
de nuestra meditación. Por tanto, una técnica fundamental para captar el
significado profundo de las obras espirituales, es meditar sobre su
significado, no racionalmente a la manera occidental, sino vivencialmente, de
forma contemplativa. En algunos grupos de meditación se suele utilizar la
lectura de textos cortos o frases inspiradas durante la meditación, escogiendo
además el momento en que el grupo ha "entrado" en cierto nivel
meditativo. Esta lectura se hace además de forma muy pausada y con el tono
adecuado para dejar que el significado de cada frase penetre profundamente en
la psique de los oyentes. El resultado suele ser asombroso y, desde luego, no
tiene nada que ver con la lectura de esos mismos párrafos fuera del estado de
meditación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario