Los nāḍīs en el cuerpo humano
La columna
vertebral es muy importante pues por su interior discurre el principal canal de
energía sutil (nāḍī) del haṭhayoga.
Se dice que a través de este canal la energía individualizada en el cuerpo
humano (kuṇḍalinī) puede ascender y unirse a la consciencia universal en una especie de
explosión mística.
Entonces, ¿qué pensar de las
personas que tienen problemas en la columna, como escoliosis, lordosis o
cifosis? ¿Acaso estas personas no pueden direccionar o enviar esta energía con
todo provecho? En realidad, la energía (prāṇa) que circula por nuestro cuerpo
asocia sus canales y puntos de concentración a lugares concretos, como la
columna vertebral o los plexos nerviosos, puesto que el trabajo sobre estos
puntos físicos incide sobre la energía sutil; pero no hay que olvidar que
aunque exista esa correspondencia, se trata de sistemas distintos y, en casos
especiales en los que aparece un problema físico como la escoliosis o la
cifosis, que suponen una deformación de la columna vertebral, no tienen por qué
afectar necesariamente al canal sutil correspondiente. Si fuese así, tendríamos
que pensar que una deformidad física influye necesariamente en el desarrollo
espiritual y, desde luego, esto no es correcto.
Los nāḍīs son canales sutiles, igual que los cakras
son centros energéticos sutiles, es decir, se encuentran en un plano de
manifestación distinto del físico y, por tanto, fuera del alcance normal de
nuestros sentidos. Su relación con el plano físico es evidente, como nos
demuestra la acupuntura china, de tal forma que actuando sobre el aspecto
físico adecuado podemos obtener resultados en el aspecto sutil correspondiente.
Pero no son lo mismo. Se ha intentado hacer corresponder anatómicamente los nāḍīs
con los nervios, las venas o las
arterias, pero investigaciones recientes han demostrado que es una aproximación
demasiado simplista. Toda esta fisiología de los nāḍīs se basa en la introspección, más que en la
observación exterior de las estructuras físicas. Cabría pensar que los nāḍīs
pueden asociarse con todos los conductores de prāṇa, sean cuales fueren, pudiendo ser
muy variados. El prāṇa
del aire puede entrar a través de las terminaciones nerviosas de los cornetes
nasales, penetrar con el aire en los pulmones, ser allí absorbido por la
sangre, circular con ésta por arterias, capilares y venas. A través de la
sangre puede llegar al cerebro y pasar a las neuronas, circulando a
continuación como influjo nervioso a lo largo de los nervios, etc. Con todo esto
podemos pensar que, aunque la columna vertebral resulte afectada o dañada
físicamente, el nāḍī que discurre por su interior no tiene por qué verse
afectado necesariamente por ello, especialmente cuando lo que estamos
considerando es el nāḍī principal del ser humano, el que nos sirve de
puerta de acceso a lo ilimitado. Quizás, en los nāḍīs menores, la correspondencia física sea mayor,
más limitada, tal como sucede con respecto a la acupuntura china, pero siempre
puede existir un camino alternativo y puro para que circule la energía sutil.
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