domingo, 28 de septiembre de 2025

81. Nāḍīs

 

Los nāḍīs en el cuerpo humano

La columna vertebral es muy importante pues por su interior discurre el principal canal de energía sutil (nāḍī) del haṭhayoga. Se dice que a través de este canal la energía individualizada en el cuerpo humano (kuṇḍalinī) puede ascender y unirse a la consciencia universal en una especie de explosión mística.

Entonces, ¿qué pensar de las personas que tienen problemas en la columna, como escoliosis, lordosis o cifosis? ¿Acaso estas personas no pueden direccionar o enviar esta energía con todo provecho? En realidad, la energía (prāṇa) que circula por nuestro cuerpo asocia sus canales y puntos de concentración a lugares concretos, como la columna vertebral o los plexos nerviosos, puesto que el trabajo sobre estos puntos físicos incide sobre la energía sutil; pero no hay que olvidar que aunque exista esa correspondencia, se trata de sistemas distintos y, en casos especiales en los que aparece un problema físico como la escoliosis o la cifosis, que suponen una deformación de la columna vertebral, no tienen por qué afectar necesariamente al canal sutil correspondiente. Si fuese así, tendríamos que pensar que una deformidad física influye necesariamente en el desarrollo espiritual y, desde luego, esto no es correcto.

Los nāḍīs  son canales sutiles, igual que los cakras son centros energéticos sutiles, es decir, se encuentran en un plano de manifestación distinto del físico y, por tanto, fuera del alcance normal de nuestros sentidos. Su relación con el plano físico es evidente, como nos demuestra la acupuntura china, de tal forma que actuando sobre el aspecto físico adecuado podemos obtener resultados en el aspecto sutil correspondiente. Pero no son lo mismo. Se ha intentado hacer corresponder anatómicamente los nāḍīs  con los nervios, las venas o las arterias, pero investigaciones recientes han demostrado que es una aproximación demasiado simplista. Toda esta fisiología de los nāḍīs  se basa en la introspección, más que en la observación exterior de las estructuras físicas. Cabría pensar que los nāḍīs pueden asociarse con todos los conductores de prāṇa, sean cuales fueren, pudiendo ser muy variados. El prāṇa del aire puede entrar a través de las terminaciones nerviosas de los cornetes nasales, penetrar con el aire en los pulmones, ser allí absorbido por la sangre, circular con ésta por arterias, capilares y venas. A través de la sangre puede llegar al cerebro y pasar a las neuronas, circulando a continuación como influjo nervioso a lo largo de los nervios, etc. Con todo esto podemos pensar que, aunque la columna vertebral resulte afectada o dañada físicamente, el nāḍī que discurre por su interior no tiene por qué verse afectado necesariamente por ello, especialmente cuando lo que estamos considerando es el nāḍī principal del ser humano, el que nos sirve de puerta de acceso a lo ilimitado. Quizás, en los nāḍīs  menores, la correspondencia física sea mayor, más limitada, tal como sucede con respecto a la acupuntura china, pero siempre puede existir un camino alternativo y puro para que circule la energía sutil.


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