T. Krishnamacarya en svastikāsana
Normalmente la vida
es una serie de acontecimientos que tratamos de racionalizar y justificar
mediante la ley de causa-efecto. Pero fallamos continuamente. Intentamos por
todos los medios encontrar sentido a las cosas: porqué existe la enfermedad, porqué y para qué vivimos, porqué el
sufrimiento... Innumerables filósofos, psicólogos, políticos y religiosos nos
ofrecen explicaciones que nunca nos satisfacen por completo y que siempre
son rebatidas por nuevas teorías. Muchos renuncian y caen en el nihilismo, el
materialismo o en las formas más sectarias de una religión cualquiera. Incluso
se crean teorías muy convincentes, como la del karma y la reencarnación, pero
que siguen sin satisfacer las preguntas últimas. Y es que la vida ordinaria no
tiene sentido... ¡desde el punto de vista dualista de las cosas! Cuando se es
consciente, realmente consciente, de que todo se halla entrelazado formando una
unidad entonces, de forma mágica, todo adquiere sentido.
La paradoja más absurda forma parte de la
Realidad. Incluso catástrofes tan denigrantes como la guerra o el hambre forman
parte de la Realidad... Esta visión de las cosas, ciertamente puede aportar un
sentimiento de soledad al principio, mientras sólo se tienen vislumbres o
destellos de unidad. Pero, cuando la conciencia alcanza la iluminación plena,
¿cómo podría haber soledad en la unidad? Para sentirte en soledad tienes que
considerarte aparte, separado de los demás. Si no hay "los demás", ¿de
qué te vas a separar? Para quien posee este estado de conciencia, es cierto que
los demás no le comprenden pero, ¿acaso tiene importancia para él?
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