Juan Victor Mejías en ekapādaśirṣāsana,
1968
Prāṇa es un término sánscrito para
denominar la energía esencial del universo y se trata de un concepto
intraducible en toda su profundidad a nuestro idioma. Ayāma significa controlar y expandir o
alargar. De ahí nace el término para denominar el conjunto de técnicas de control de la respiración, prāṇāyāma:
control o expansión del prāṇa, de la energía universal que recorre
nuestro cuerpo. El prāṇa se encuentra impregnando de vida, fuerza o
actividad todo lo que de por sí es inerte, inactivo. En la cultura científica,
sus formas más conocidas son las distintas energías que contempla la ciencia:
electricidad, magnetismo y energía atómica. Tradicionalmente, el prāṇa
es el motor evolutivo que podemos encontrar en los cinco elementos de la
naturaleza: tierra, agua, aire, luz y espacio vacío.
Dada su gran variedad de manifestaciones, el prāṇa
podemos encontrarlo en todo aquello que nos proporciona fuerza y salud: luz
solar, aire, agua y alimentos puros. Pero no solo en cosas concretas, también
se halla en las emociones positivas (alegría, amor, serenidad), las acciones
puras y el comportamiento correcto. El prāṇa se halla íntimamente
conectado con nuestros aspectos mental y espiritual. Por eso mismo, la
concentración durante la ejecución de los ejercicios de yoga es fundamental.
Con todo, la fuente más importante de prāṇa es la atmósfera. Por medio
del prāṇāyāma , es decir, con ciertos ejercicios respiratorios,
regulamos el prāṇa en nuestro interior. De esta forma podemos influir en
su adquisición del exterior y en su distribución dentro del cuerpo. El objetivo
es doble: 1) cargar energía vital que mejore nuestra salud física, y 2) activar
ciertas energías latentes en nuestro interior que nos puedan conectar con otra
dimensión más profunda, con otra forma de “ver” la realidad.
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