Theos Bernard, pionero del haṭhayoga en occidente
Durante la
meditación lo importante es practicar con constancia, sin que influya la
aparente falta de resultados, o la aparente falta de progreso. Los pensamientos
van y vienen continuamente. Es su naturaleza y debemos aceptarla. Lo que debemos intentar, sin violencia alguna, es no dejarnos
atrapar por ellos. Ellos tienen su lugar, su razón de ser. Y nosotros tenemos
también nuestro lugar, nuestra propia razón de ser. En lo posible, hay que
observar o ser consciente de los pensamientos que surgen, permanecen y, más
tarde o más temprano, desaparecen. Si la mente es atrapada por los
pensamientos, no importa; surgirá un momento en que seamos nuevamente
conscientes de que nos hemos dejado llevar por ellos y empezaremos de nuevo a
observar, pacientemente, con desapego, sin lucha. Cuando menos lo esperemos, un
día cualquiera, nos daremos cuenta de que hemos estado observando de continuo
las idas y venidas de los pensamientos y nuestro campo de descubrimiento se
abrirá a lo desconocido.
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