André Van Lysebeth practicando rājakapotāsana
en Rishikesh, 1963
Pandit significa “erudito”. En
general, el pandit indio es un investigador
de la iluminación, un sabio, un maestro y un defensor del dharma, la
enseñanza sagrada, dedicado a descifrar intelectualmente la Realidad y aplicar
sus descubrimientos a sus propios actos. Un pandit no suele tener discípulos espirituales, pero sí puede tenerlos
para transmitir una ciencia concreta (por ejemplo, en la India, enseñarles
sánscrito, astrología, canto védico, etc.).
Esto contrasta con el papel del gurú, o “terapeuta” espiritual que es en realidad el iniciador de la transmisión espiritual y que establece una íntima relación con el discípulo. La instrucción más personal y más íntima siempre la proporcionará el gurú. Un gurú puede ser una persona sin ningún tipo de instrucción, analfabeta incluso, pero que posee una sabiduría intrínseca o adquirida por medio del conocimiento intuitivo. Por el contrario, un pandit debe forjarse a sí mismo; su sabiduría es más bien producto del estudio. Se pueden dar todo tipo de casos: 1) un gurú que sea pandit (Krishnamacharya), 2) un gurú analfabeto (Hui Neng), o 3) un pandit que no desee tener alumnos personales (Ken Wilber).
El profesor de yoga es una persona
que practica, aprende y enseña lo aprendido. Una persona puede comprometerse en
el camino del yoga, con o sin gurú, tanto practicando en solitario, como
dedicándose también a la enseñanza. En cualquier caso, con el tiempo, los dos
tipos de practicantes convergen y transmiten sus conocimientos de una u otra
forma. Y al final, si logran la iluminación, los dos se convertirán
probablemente en un gurú.
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