lunes, 18 de noviembre de 2024

26. Tipos de concentración

 

Un joven Swami Vishnudevananda  en siddhāsana

La concentración es una técnica que puede conducirnos a la meditación, aunque no necesariamente. En yoga, la concentración es el enfoque de la atención sobre un determinado objeto, sea éste la respiración, una sensación corporal concreta o un punto entre las cejas. Cuando nos concentramos, la atención no se mantiene de forma continuada y hay que dirigirla una y otra vez hacia el objeto mediante la fuerza de voluntad. Con la práctica, la atención se vuelve poderosa y la distracción mental se produce de forma más dilatada, de modo que pueden surgir pensamientos, ideas y recuerdos en torno al objeto de concentración. En este estado continúa la voluntad del practicante para no apartarse del objeto de concentración, aunque de forma más relajada y desarrollando una actitud pasiva ante las ideas que surgen. Esto se denomina meditación.

Pero también podemos seguir con la atención centrada en el objeto mientras reprimimos todos los pensamientos una y otra vez, incluso el relacionado con dicho objeto, continuando así en un estado de concentración mental cada vez más profundo. Ahora no surge la meditación porque el practicante no se abre al pensamiento creativo. Entonces, continúa practicando un simple ejercicio intelectual con objeto de desarrollar la atención, la memoria u otra capacidad mental. Esta es la concentración desarrollada por científicos, escritores y artistas, durante el desarrollo de su actividad. La diferencia con el yoga es que la concentración “intelectual” está cargada de tensión, mientras que la concentración yóguica se convierte cada vez más en una actitud relajada.


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98. El arte de meditar