Una sesión de āsanas debe ser armoniosa. Lo importante no es solo hacer correctamente las āsanas, sino pasar de una a otra sin brusquedad, sin violencia, con movimientos lentos y de forma coordinada con el ritmo respiratorio. La transición de una a otra postura debe ser como el aceite fluyendo de un recipiente a otro. En realidad, no hay posturas separadas; toda la sesión es un encadenamiento entre posturas. Si adoptamos una serie de āsanas correcta, los efectos positivos aumentarán proporcionalmente. El objetivo de la secuenciación es aumentar la serenidad mental y entrar así en un estado de yoga elevado. Cuando alcanzamos una mente serena después de una sesión agradable, ¿podríamos asegurar que es consecuencia de una sola āsana? ¿A qué āsana se le podría asignar tal efecto? Aunque pudiéramos seguir todos los detalles técnicos mencionados en los libros, cuando se domina una postura nos damos cuenta que los detalles más sutiles cambian; no están expresados en ninguna parte. Los efectos de la postura sobre la cabeza después de las flexiones hacia atrás son diferentes si la efectuamos después de las flexiones hacia adelante, aunque apliquemos la misma técnica. Por tanto, según cómo se haga una postura se determinará la ejecución de la siguiente. Debemos tener en cuenta la secuenciación. La técnica de una postura dependerá de la que la precede y de cómo se ha hecho.
En la creación de una serie de posturas deben
tenerse en cuenta tres aspectos: los detalles técnicos, el orden dentro de la
serie y el tiempo de permanencia. Aunque se observe meticulosamente la técnica,
también hay que practicar teniendo en cuenta la duración. Si hacemos la postura
sobre la cabeza durante un minuto, aunque observemos todos los detalles de
forma rigurosa, no obtendremos beneficios apreciables. Para ello, debemos
permanecer durante un tiempo mínimo superior, como en un periodo de gestación. Por
otro lado, una sola postura no proporciona una estructura, aunque se haga
perfecta, y no obtendrá los mismos efectos que se obtienen integrándola en una
serie. Además, la secuenciación no puede ser algo rígido, como los cursos que
se presentan en muchos manuales de yoga. La serie es algo que se desarrolla de
forma muy subjetiva. Sobre los aspectos más profundos de la práctica no se
puede imponer una forma estricta de actuar. Depende del estado mental concreto
en que nos encontremos y de los condicionamientos de nuestra mente. Una vez que
seamos íntimos con la psicología y la fisiología de las āsanas, entonces
seremos capaces de programar una serie correcta para cada momento y situación.
Pero, por supuesto, esto lleva mucho tiempo… Hasta entonces, tendremos que
depender de un buen profesor.
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