viernes, 10 de octubre de 2025

97. Postura de relajación


El pionero del yoga, Sir Paul Dukes, en una antítesis de śavāsana

Hay quienes opinan que la más importante de todas las āsanas es la inversión sobre la cabeza (sirsāsana), por los múltiples beneficios que la inversión corporal promete al cuerpo. En la misma línea, otros consideran que la postura invertida sobre los hombros (sarvāṅgāsana) es la más favorable, pues a los beneficios de la anterior se añaden los derivados por la compresión de la garganta. Incluso hay muchos adeptos que rechazan estas dos posturas y se inclinan por considerar al loto (padmāsana) como la estrella del yoga, por ser la mejor posición en la que se puede practicar meditación y prāṇāyāma. Creo que desde el punto de vista de beneficios físicos contra facilidad de ejecución, todos están equivocados.

En mi opinión, la mejor postura que podemos practicar es la posición del cadáver (śavāsana), muchas veces infravalorada. Esta modesta posición, en la que se elimina al máximo la tensión corporal y que resulta accesible a todo el mundo desde el primer momento, no tiene rival. Ni siquiera en profunda meditación, la relajación física es tan intensa. Ningún practicante de yoga debería finalizar su sesión sin permanecer 10 ó 15 minutos como mínimo en śavāsana. También es muy aconsejable practicar una o dos veces al mes una sesión de relajación profunda (yoganidra), de una hora o más de duración. Resulta completamente rejuvenecedor.

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