viernes, 11 de abril de 2025

55. Yoga y religión

Maharajá de Kholapur en bharadvājāsana, 1940 

El yoga está más allá de la religión. Toda religión se fundamenta en la fe, en la creencia ciega en algo que no puede demostrarse y su práctica se halla limitada por preceptos y normas morales y éticas impuestas, que no aceptan discusión. El yoga de Patañjali, aunque valora en gran medida la fe que debe poseer todo practicante en lograr el objetivo último, es eminentemente un sistema técnico, práctico y lógico. La práctica es personal e interior y es el practicante quien decide en todo momento lo que debe hacer. La religión busca la unión mística con la divinidad y el yoga de Patañjali busca la libertad absoluta, conseguida a través del conocimiento de uno mismo. En el yoga de Patañjali el practicante no busca la unión con algo externo a sí mismo (llámese Dios, Brahman, īśvara o lo que sea); el practicante debe descubrir que todo está ya en sí mismo (desde siempre) y no hay nada aparte de él. De hecho, Patañjali denomina al estado de liberación la “soledad trascendental (kaivalya)”. Īśvara no es el Dios de las religiones monoteístas; no se trata de un Dios creador, sostenedor o destructor del universo; tampoco es el Brahman del vedānta, el sat-cit-ānanda (existencia, conciencia y felicidad absolutas).

Īśvara es únicamente el “sí mismo esencial”, situado más allá del tiempo y del espacio, que siempre ha sido así y siempre lo será. Es nuestra esencia más íntima desde un punto de vista absoluto. Actualmente se identifica más con el Dios de la religión monoteísta debido a la influencia de Krishnamacharya y sus discípulos. En realidad, solo se trata de un ejemplo máximo que inspira a algunos practicantes de yoga, pero no tiene nada que ver con aspectos religiosos.

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