omakarāsana
Durante la práctica de las āsanas los
ojos pueden estar cerrados, abiertos o semiabiertos. Además, con los ojos
abiertos, la mirada puede estar fija en un punto concreto para ayudar a
concentrar la mente. Todo esto depende del estilo que se practique. Generalmente, se practica con los ojos
abiertos y la mirada dispersa, salvo en posturas de equilibrio. En las posturas
de equilibrio, como el árbol o el cuervo, la mirada tiene que fijarse en un
punto concreto durante su ejecución. Cuando se tiene cierta experiencia, los
ojos están mejor semiabiertos, pues se
favorece la interiorización y se "experimenta" mejor la āsana.
Igualmente, cuando se domina una āsana, en su fase estática, los ojos pueden permanecer
cerrados y así percibir mejor todas las sensaciones que produce la postura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario