Las prácticas de
limpieza tienen bastante importancia para muchas escuelas tradicionales de haṭhayoga;
sin embargo, los seguidores de Krishnamacharya (Iyengar, Pattabhi Jois y
Desikachar, principalmente) no las dan casi valor pues consideran que la práctica de āsanas
y prāṇāyāma es suficiente para
purificar el cuerpo. Las técnicas más sencillas, como la limpieza nasal, la
limpieza de ojos o la limpieza pulmonar, pueden aprenderse y practicarse sin
peligro y sin necesidad de acudir a un maestro; pero también hay técnicas
complicadas que pueden ser muy peligrosas si se aprenden por uno mismo.
Mientras que las técnicas sencillas pueden ser muy útiles (pero no
imprescindibles) para preparar el cuerpo para la práctica del prāṇāyāma y la concentración, las más complicadas no creo que sean
tan necesarias para el practicante de yoga occidental; se trata en estos casos
de métodos propios del ayurveda o medicina tradicional de la India y, como
tales, útiles ante ciertos problemas físicos pero de poco valor si el
practicante se encuentra relativamente sano.
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