Ahiṃsā se puede traducir por amabilidad, no-violencia; no
hacer daño a los demás, ni a uno mismo.
Este término significa ser consciente de cómo
nos tratamos a nosotros mismos, a los otros y al entorno. Hay que relacionarse
con todo y en todos los sentidos con extremo cuidado. Nos dañamos a nosotros mismos cuando tratamos sin respeto a los
demás seres vivos y al medio ambiente. No causar daño es la actitud
fundamental. Aunque su estimación sea muy subjetiva, esta actitud debe tomarse
en sentido amplio ya que con su práctica el yogui tiende hacia la armonía y la
serenidad emocional. Realmente, no es posible actuar sin ocasionar
absolutamente daño alguno; la recomendación consiste en optar siempre por la
acción menos dañina para los demás. Actuando así, poco a poco se extenderá
dicha actitud en el entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario