viernes, 12 de julio de 2024

1. ¿Qué es el yoga?


samakoṇāsana


En general, desperdiciamos el tiempo entregándonos a una actividad incesante, apartándonos de nuestra verdadera identidad. De esta forma, transcurre nuestra vida en medio de una lucha angustiosa y agresiva, compitiendo, deseando, poseyendo y conquistando, siempre cargados de preocupaciones. El yoga es todo lo contrario. El yoga es un estado de quietud que trasciende la visión ordinaria de las cosas; en última instancia, es lo que se denomina samādhi. Y el samādhi, que en realidad es la culminación de la meditación, es también el método más elevado que presenta el yoga para lograr la liberación final. Practicar yoga, especialmente sus técnicas más sutiles, como la meditación, es romper completamente con nuestra forma “normal” de actuar. En estado de yoga, no hay preocupaciones, no se compite, no se desea poseer ni acumular nada, no hay lucha angustiosa ni afán de triunfo. Es un estado sin ambiciones materiales, donde no hay aceptación ni rechazo, ni esperanza ni miedo. Cuando practicamos yoga nos liberamos poco a poco de todos los condicionamientos, emociones e ideas que nos tienen aprisionados e impiden que se manifieste nuestra sencillez natural. Todo es cuestión de práctica y paciencia. Si nos dedicamos al yoga, descubriremos con tiempo y disciplina nuestra claridad esencial. Disciplinar la mente no significa en modo alguno dominarla por la fuerza, controlarla o someterla. Disciplinar la mente es ante todo conocer directa y concretamente cómo funciona. Se trata de un conocimiento que surge de la experiencia personal en la práctica de la meditación. Conociendo cómo funciona la mente podremos llegar a ser su dueño. De esta forma, llegaremos a utilizarla de forma plena y provechosa y entonces, la mente se volverá como una joya transparente reflejando nuestra verdadera esencia: la pura observación del universo.

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