martes, 6 de mayo de 2025

60. Tipos de practicantes

 

Un joven Bikram Choudhury


Hay distintas motivaciones para practicar yoga, dando lugar a tres tipos de practicantes: el pragmático, que asume una práctica “ligera”; el buscador, cuya práctica más motivada puede considerarse “moderada”, y el místico, completamente volcado al yoga, de práctica “intensa” (Yoga Sutra I.21-22).

1) El pragmático: solo practica para estar en forma, relajarse y disminuir el stress. Para él, el yoga es algo que solo proporciona beneficios físicos y mentales. Para el pragmático, conceptos como introspección o “encontrarse a sí mismo” es algo extraordinario que permanece aparte de su ocupada vida diaria. Normalmente considera el yoga como un método terapéutico que le permite relajarse y mejorar su calidad de vida. La interiorización es algo que se relaciona solo con la clase de yoga y que se detiene hasta la clase siguiente. Se trata solo de una experiencia concreta en un momento determinado. A veces, llega al yoga después de pasar por otras prácticas como el Tai Chi, el Chi Kung, etc. Para el pragmático, aunque puede simpatizar con algunos aspectos de la filosofía del yoga e integrarlos en su propia vida, generalmente ni la religión, ni ningún tipo de espiritualidad, tienen demasiada importancia.

2) El buscador: practica yoga no solo para mejorar su capacidad mental y física, sino también para investigar en sí mismo y mejorar interiormente. El buscador suele llevar una vida considerada “estable” y para él, la introspección no se refiere solo a la relajación, sino también a un esfuerzo por buscar en su interior y cambiar aspectos de su propia vida. Este tipo de practicante hace yoga solamente mientras la práctica le resuelve situaciones difíciles y concretas. Mediante el yoga intenta dejar atrás viejos comportamientos y sustituirlos por otros más constructivos. Respecto a la dimensión espiritual del yoga, el buscador suele ser escéptico y adopta aquellos aspectos que considera coherentes con su propia concepción de la vida. Considera la práctica del yoga como medio para lograr un objetivo: desarrollo personal, autodescubrimiento y mejora de su calidad de vida.

3) El místico: asume el yoga como una forma de ver la vida. Integra la filosofía del yoga y toda su dimensión espiritual en la vida diaria mediante la práctica física y la meditación, los hábitos alimenticios y una adopción más o menos completa (dentro de lo posible en la sociedad occidental) de las normas éticas del yoga. A menudo, el místico se convierte en profesor de yoga él mismo. Experimenta “lo divino” como algo inherente a sí mismo a través del propio cuerpo; no como la idea de un dios personificado, sino como una excepcional fuerza creativa en el interior de cada uno de nosotros. Para él, esa fuerza es su auténtico ser y, al mismo tiempo, la fuerza que genera todo el universo y reside en todo ser viviente. No hay separación. Cuando el místico practica yoga, establece conexión con algo espiritual o divino en su interior. De hecho, sólo a través de la práctica del yoga, profundizando en lo más hondo de sí mismo, llega a tomar conciencia de su verdadera naturaleza. El místico es la culminación de los otros tipos de practicantes.


59. Āsanas y Patañjali

 Un joven BKS Iyengar practicando purnamatsyendrāsana

Respecto de las posturas, Patañjali solo cita los requisitos que debe cumplir el āsana: firme, estable, con concentración en el infinito. Algunos, consideran que āsana es nada más que una postura sentada y solo válida para la consecución del objetivo último, del samādhi. Lo mismo pasa con el prāṇāyāma: hay numerosas técnicas de prāṇāyāma y Patañjali se limita a exponer criterios generales (y fundamentales) de esta práctica.

En realidad, la práctica de las āsanas es muy anterior a Patañjali (igual que las técnicas de prāṇāyāma), de la misma forma que hay muchos ejercicios de concentración y diferentes técnicas de meditación. Patañjali no entra en detalles sobre las posturas porque el objeto de su obra se centra en explicar el último paso, el samādhi.

Sin duda, la práctica de āsanas ha evolucionado a lo largo del tiempo y las posturas que hoy se practican son una mezcla del haṭhayoga tradicional con ejercicios de gimnasia occidental, ejercicios de vyayam, del arte marcial tradicional de la India, y de contorsionismo. El haṭhayoga actual ha perdido gran parte del esoterismo que lo impregnaba y se encuentra en continuo estado de evolución. Pero afirmar que en época de Patañjali o en épocas anteriores, no se practicaban āsanas avanzadas (aquellas que demandan más flexibilidad o equilibrio y concentración) es un poco aventurado, y más si tenemos en cuenta que Vyasa (quizás el propio Patañjali, según algunos investigadores actuales) hace referencia a unas cuantas posturas en su comentario.

98. El arte de meditar